Budapest por
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14 de julio de 2005
No todo es desorganización y conflicto, también suceden cosas buenas. Hoy 14 de junio ha tenido lugar la primera despedida. Quién me iba a decir a mi que iba a disfrutar tanto con un curso de inglés intensivo, parece increible. Y en gran parte gracias a Olga, una chica encantadora que nos ha aguantado 3 semanas mientras hacía lo posible porque aprendieramos algo. A día de hoy me arrepiento de la ironía destilada en uno de los post anteriores. Dos días después de empezar el curso Héctor se sinceró y le dijo que no pertenecía a la Universidad, ni se iba de Erasmus, ni nada. Y Olga no puso ningún reparo a que siguiera yendo. Yo creo que incluso se lo ha pasado bien en algunos momentos, hemos de reconocer que Héctor y yo hemos asumido nuestro papel de clowns desde el principio. La verdad ha estado genial y creo que nos ha sido muy útil (sobre todo a mí que le doy unas patadas a la gramática que ni ronaldinho).
Hoy era la última clase, como ya he dicho. Pero no he podido asistir, así que he llamado a mi compañera Olga (tocaya de la profesora) para que me la pusiera al teléfono y despedirme. No ha sido posible, ya se había ido. Así que le he escrito un e-mail. Le ha dicho a mi compañera de viaje que para lo que sea que le llamemos, que vuelve en 15 días. Ah! claro, que no os lo he contado. Se va al congreso bianual mundial de lingüistas, que este año transcurre entre Korea y China, ¡Buen viaje Olga, y muchas gracias!
PD: me veo demasiado emotivo en este post para lo que estáis acostumbrados, creo que me tomaré una cerveza.