Reykjavik por
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Ayer fue un día extraño, tras varios baches y frustación final con la tarde llegó la calma y la alegría.
Aunque en la beca de colaboración nos habían cambiado al turno de mañana, el jefe nos dijo que si teníamos que hacer trámites de la universidad (mis compañeros) y yo ir al médico que fuéramos todos el mismo día por la mañana pronto para estar todos para trabajar según fuéramos llegando. Así que me fui al médico a pedir mis drogas y productos necesarios. Mi médico de Madrid no estaba y la mujer que le suplía sí que conocía la norma de que algunos productos sólo se recetan uno cada 6 meses por lo que tuve que mentirle y como figuro como desplazada no encontró mi expediente ya que no lo existe. Este fue el primer jarro de agua fría ya que cómo el médico que me suele atender no sabe esta norma e iba a pedirle receta para tres productos de estos. Pero bueno, habrá que ir al médico de Soria a ver si cae la breva y me receta algún producto de estos, aunque sea que ponga otra fecha ya que hasta diciembre no volvería a España.
Cómo aún era pronto fui a la facultad a preguntar cuándo me matriculo y para que me convalidaran un crédito de libre configuración de un curso que hice este año. Me atendió una de las más bordes de secretaría o ese día se olvidó los modales en la cama. Me matriculo como el resto de alumnos, cuando corresponda según mi apellido por Internet o en la secretaría según prefiera. Le dije que me iba de Erasmus el 2 de agosto y me espetó que no era su problema, que me matriculara mi familia (le dije que estaban en Soria) o un amigo. Todos los años hay problemas con las optativas porque cuando has conseguido cuadrar tu horario y elegido la optativas con plan B incluído te encuentras que ya no quedan plazas de alguna asignatura y la tía borde de turno tiene prisa y no es su problema, sólo quiere que le digas el código de la asignatura y que te vayas de ahí y claro no van a llamarme a Islandia para consultarme el cambio. Se lo dije y me contestó que lo hiciera por Internet. Le comenté que el año pasado los de 5º se matricularon por Internet y tuvieron que llevar a un buzón una serie de documentación, me dice que la envie desde allí o que me lo entregue un compañero. Lo del crédito del curso me dijo que lo entregue cuando me vaya a matricular.
Me acerqué además a la oficina Erasmus para preguntar por el learning agreement y me dicen que no hace falta y que me mandaran el contrato Eramus y demás documentación a Soria al no estar en Madrid la próxima semana.
Para intentar dejarlo todo preparado me dirijo a la sucursal del campus que venden los sobres de matrícula. Los tienen amontonados como si fueran barricadas en uno de los laterales. Me acerco a una mujer que estaba en una mesa para no esperar cola y me dice que hasta el 19 de julio no venden ningún sobre. Le digo que ya no estaré en Madrid y me dice que lo compre en septiembre ya que sólo se venden en algunas sucursales de Madrid.
Con una frustación enorme ya que siento que he perdido la mañana para no solucionar nada me dirijo bastante cabreada a la beca de colaboración. Allí hay otro pitote. Mis compañeros han ido a realizar la preinscripción de la licenciatura y la gestora de horas les pide que recuperen las horas perdidas ya que según ella los trámites académicos no son causa justificada para faltar (si no estás matriculado no puedes renovar la beca) Yo al menos tengo el justificante del médico y estoy cubierta. Al final, tras varias reprimendas de la sección de becas la gestora de horas recula y no hace recuperar a nadie esas horas.
Como el viernes me voy de Madrid he invitado a Marmota a comer en mi casa. Le cuento todos mis problemas burocráticos y tras comprobar sus exámes de septiembre y el día que se tiene que matricular ella se ofrece a matricularme. Marmota ha llegado hace un mes de Erasmus de Oslo y aún no ha visto a alguna de las niñas de la resi, asi que nos autoinvitamos a cenar al nuevo piso de una amiga y así conoce al novio Erasmus de Francia que se ha echado. El sábado comienza la mudanza a Soria, así que la volveré a ver porque le presto la televisión que no tiene (toda una joya, 24 años con 8 canales sin mando) hasta que sepa que haré a la vuelta de mi Erasmus y ver si necesito recuperarla.