Budapest por

Uno más en el Curso de Inglés

3 de julio de 2005

Y llega Hector (mi mejor amigo) de Madrid, donde estudia, y me dice: -¿Oye, y ese curso es gratis? -Sí, ¿por? – ¿Y no podría ir? ¿o se darían cuenta? – Hombre, es sólo para los Erasmus, pero vamos, yo creo que podrías ir… Y en ese momento comencé a maquinar el plan.

Llega el día, viernes 1 de julio. Hector pasa a recogerme con el coche. -que, ¿ya has solucionado el cómo voy a colarme? -A ver, tienes dos opciones: una, te llamas Asier Martínez. Problema, es un chico que no ha ido nunca a clase, pero como se le ocurra aparecer un día la vamos a preparar. Además no tengo ni idea de que carrera estudia ni a donde se va. -Ok, no parece un buen plan, segunda alternativa- Le dices que eres un chico que se va a Francia, pero como el francés lo tienes dominado, que si habría algún problema en que fueras al curso de inglés, total, como eres Erasmus… – Ok, ¿y como me llamo?- Pablo Becerril Martínez, que es un amigo mío de clase que se va a Córcega- Estupendo, solucionado.

Con el tan elaborado plan ya definido llega el momento del estreno. 3 personas en clase: Héctor, yo y un chico que me suena de algo pero no se de qué. Esto va a cantar… y mucho. A todo esto el chaval semidesconocido se pone de pie -Hola, mirad, que soy de Relaciones Internacionales y vengo a traeros el justificante de la Universidad para que podáis solicitar el 111 (la tarjeta de Seguridad Social Europea, muy útil para que no tengamos que vender un hígado en el mercado negro para comprar unas aspirinas para la resaca). -A ver tu te llamas…- Roberto Yanguas- Roberto, Roberto… pues no la encuentro, igual es que la tuya todavía no está lista. (Estupendo, la eficacia que no la pierdan)- Y tu nombre es…- Y en esto que interviene la profesora simultáneamente- ¿Tu dónde te marchas de Erasmus?- Hector: ehmmm, …, esto… coño… a…, ehmmmm- Y yo que le veo sudar sangre le doy una palmadita en el hombro y exclamo: ¡eh, Corcegueño! (que gran dote para el disimulo… si fueramos espías nos contratarían como subalternos de Mortadelo y Filemón). Y Héctor que atina: ¡Eso, Córcega!, me salía todo el rato Corso.- Corso… ¡¿¿Corso??!!, Convincente, muy convincente, un Erasmus que no sabe donde se va y otro que sólo le falta decir delante del interrogador, Recuerda, Héctor, habíamos quedado que te ibas a Córcega. Unos profesionales, ¡si señor!. Y en esto que dice el pollo- O sea, que te vas con Pablo, ¿no?. (Ahí ya casi llega el desmayo) Sudores, caraas desencajadas por las circustancias…- ¿Cómo dices que te llamas?- ¿Eh?- Tu nombre- ¿Qué cómo me llamo?- Sí, que como te llamas- Eh… Héctor.- Mmmm, pues tampoco va a estar (n. del t: no te jode, si llega a estar es cuando me desconjono). Héctor y yo que nos miramos, los otros que no dicen nada…- Todo correcto entonces, ya os lo traeré el lunes, o pasaros si no por Relaciones Internacionales y preguntar por Jorge. ¿¿¿En serio no se habrán dado cuenta???

Por cierto, a la salida de clase descubrimos que Córcega pertenece a Francia y no a Italia como pensábamos. Vamos, que si le llegan a preguntar a Héctor que en que idioma tiene que hacer allí los exámenes, le dice que el Italiano bien, gracias.

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